Taylor, esperando ansiosamente su 18 cumpleaños, anheló una gran polla. Se provocó y se complació lentamente, desesperado por una follada anal apretada. Su deseo se hizo realidad y saboreó cada momento.
Taylor, un joven con un deseo insaciable, había estado esperando ansiosamente su 18 cumpleaños por una razón: experimentar la emoción de montar mi polla.En cuanto se convirtió en legal, no perdió tiempo en hacer su camino a mi lugar.El momento en que entró por la puerta, la anticipación en sus ojos era palpable.Podía ver la urgencia en su mirada, su cuerpo temblando de excitación.Su delgado marco era una vista para contemplar mientras lentamente bajaba el cierre de su pantalón, revelando su palpitante miembro.No pude resistir la urgencia de probarlo, y lo tomé en mi boca, saboreando cada centímetro.El placer en su rostro fue suficiente para volverme loco, y antes de mucho, me encontré tomándolo por detrás.La sensación de su culo apretado arrollado alrededor de mí fue abrumadora, y sabía que podía contenerme.El sexo crudo y a pelo entre nosotros fue intenso, dejándonos a ambos sin aliento y satisfechos.
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